sábado, 30 de julio de 2011

ANTONIO LOPEZ EN GRAN VÍA

Aprovechando la exposición que este verano nos ofrece el Museo Thyssen en Madrid, me apetece profundizar en el que seguramente sea su cuadro más conocido: el de la Gran Vía madrileña. Lienzo que tardó 5 veranos en finalizar, buscando siempre la misma luz del amanecer desde 1975 a 1980.

Llegaba en metro desde Plaza de Castilla (vivía en una colonia de casas cercana) y se bajaba en Banco de España; entraba en la sucursal del Banco de Vizcaya a recoger el caballete y las pinturas que le guardaban los vigilantes e instalaba su base de operaciones en la isleta del paso peatonal que separa Alcalá de Gran Vía.

Al preguntarle por qué eligio esa calle y no otra, el artista responde: "la Gran Vía está en la memoria de mis primeros años en Madrid, cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes junto a la Puerta del Sol. En Gran Vía tenía la pensión y era un lugar muy atrayente. La idea surgió un amanecer de domingo paseando. En esa primera hora del día, vacía y sin coches, era verdaderamente impresionante. Quise expresar en la pintura ese aspecto fantasmal que puede tener el mundo en que vivimos".


Confiesa que le costaba mucho madrugar, pero no pereza, sino por miedo a llegar y no poder hacerlo. "Sabía que con suerte, podía pintar poco más de un cuarto de hora. Notaba que a la gente le gustaba verme allí pintando. Alguna vez se acercó alguno en mal plan, pero no lo voy a contar".


Lo peor eran los "pesados", gente que se acercaba y le dificultaba el trabajo. "Hubo un verano en que en el momento en que yo estaba expectante para pillar el despertar del día, llegaba una pareja y hablaba de tonterías hasta que se hartaban. Fue una pesadilla. Percibía su llegada. En cuanto notaba que me tocaban el hombro, me ponía en lo peor. Supongo que ellos no se daban cuenta, pero a mí me arruinaron aquellos meses.

Precisamente lo que caracteriza a sus escenas callejeras es la ausencia de transeúntes, a pesar de confesar que prefiere trabajar en la calle más que en el estudio: "Me gusta mucho la calle porque es maravilloso estar con la gente; me gusta ver gente". La auténtica razón por la que los excluye en sus pinturas es por pereza. Todo aquello que se mueve (nubes, coches, peatones...) necesita mucha atención, así que opta por dejarlo para el final y finalmente opta por dejarlos fuera.

Se demora tanto con los detalles de los edificios que para reflejar el movimiento tendría que basarse en una fotografía, algo que detesta. Nunca pinta nada a partir de una fotografía.

Si tenemos en cuenta que la calle está realmente vacía a esas horas de la mañana, tampoco resulta tan extraño.


"Cuando se está pintando una calle, lo que estás viendo es tan extraordinariamente impresionante que a mí, desde luego, me cuesta muchísimo trasladar una parte de aquello. Eso es lo que me hace tardar tanto. Yo no puedo resolver todo ese espectáculo con rapidez.
30 años después, misma calle, pocos cambios.

miércoles, 27 de julio de 2011

SI YO FUERA RICO...

Agosto está a la vuelta de la esquina y yo sigo sin organizar mis vacaciones...
Al final me pillará el toro.

Mientras, me acerco al kiosko a por mi ejemplar mensual de Elle y me limito a soñar con las propuestas que me llegan a través de sus páginas de viajes... y me siento como un violinista sobre un tejado.


Pienso cómo serían unas vacaciones en el Perivolas Suites de la ciudad costera de Oia, en la isla de Santorini (catalogado como uno de los 10 mejores hoteles del mundo), con sus villas construidas en cuevas a distintos niveles, rodeada de vegetación disfrutando de su piscina que cuelga a 153 m. sobre el nivel del mar y con unas vistas al mar Egeo que cortan la respiración:



No estaría mal, nada mal, dejarse caer por Creta y alojarse en alguna de las 151 villas y suites



del Blue Palace, rodeadas de piedra y jardines de olivos y palmeras y disfrutar de un coctail en este relajante lounge bar:

Aunque tampoco le haría ascos a la que según la revista Forbes se consagra como la tercera mejor piscina del mundo (¿por qué no me darán trabajo evaluando listas de este tipo?), del hotel Alila Uluwatu (Bali). En la cima de una colina se asienta esta magnífica "infinity pool" (como dicen los pijos), donde las aguas cloradas parecen fundirse con las saladas:

Desde luego, aquí la palabra "relax" cobra un sentido diferente :)

Pero creo que me quedo sin duda con el Alila Ubud (Bali) en el valle del río Ayung y ese ambiente místico que le da la niebla a primera hora de la mañana.


"If I were a rich man, daba daba daba daba daba..."


If...

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lunes, 25 de julio de 2011

sábado, 23 de julio de 2011

REAL OR FAKE?

Parece un auténtico miembro de la guerrilla, pero... será real?


Bueno, a poco que os fijéis con detalle, veréis que se aprecia en la punta de la pistola el sello característico de todas las bebidas espirituosas...


Lo mismo en la pistola que en el fusil de asalto.
Cargadas sí estaban, pero no de munición sino de auténtico vodka ruso.


Son parte de la curiosa colección de botellas que guarda T., un buen amigo polaco, y por tanto, buen amante del vodka.

Como esta sorprendente botella "abrigada", y que a pesar de tener un bisonte en la placa, a mí siempre me recuerda màs bien al Yeti. Botella que fue a parar a nuestra bodeguilla particular, como otra que tiene suspendidas finas partículas de oro. Extraño esto de beber oro.



Y confieso que mis ojos se abrieron como platos al ver la etiqueta de ésta otra:


No pude evitar pensar en los botes de alcohol de 96º que vendo en la farmacia...

La ventaja es que además de bebida se podría echar mano de ella para desinfectar una herida. Versatilidad ante todo ;)

miércoles, 20 de julio de 2011

MERCADEANDO

Infinidad de posts esperan en fila a que Blogger nos dé tregua y funcione en condiciones. Como éste sobre la visita a la más reciente incorporación a los nuevos mercados madrileños rehabilitados: el "Mercado de San Antón", a escasos metros de la plaza de Chueca.


La planta baja está dedicada a la versión tradicional de mercado de barrio, aunque con aires posmodernos y una decoración más actual. Así, entre los mostradores desfilan los ibéricos de la charcutería, los tradicionales bacalaos desecados y las clásicas frutas (y lechugas vivas en su jardín vertical), codeándose con los panes más selectos y el marisco más fresco, con la posibilidad de escoger la langosta que más nos guste y allí mismo nos la cocerán para dar buena cuenta de ella. Sigue así la línea de las nuevas tendencias "mercaderas": un espacio en el que adquirir productos muy selectos y al mismo tiempo la posibilidad de consumir "in situ" todo lo que se despliega ante nuestros ojos de exigentes consumidores gastronómicos.
La planta superior está destinada así a la restauración, con variedad para todos los gustos,




donde podremos comprar unas ricas y caras croquetas caseras (a euro la unidad para llevar, o 1.50€ para tomar; dicen quienes las han probado que son deliciosas), con opción a que nos las frían en el momento y nos las zampemos en compañía de un buen tinto o una cerveza fresquita,





o si lo preferimos, rememorar los sabores de las vacaciones por las isla griegas (Hummus, Tzatziki, Dolmades o las más conocidas Mussakas),



o saborear pasta y embutidos italianos (me encantó la estupenda fiambrera, una auténtica reliquia). Un sencillo plato de pasta recién cocida y una botellita de San Pellegrino por 6 € (pelín caro) entre otras viandas italianas,

y no podían faltar los tan de moda rollitos de sushi y sashimi:



Y la nota final la ponen los postres; un auténtico lujos para la vista (y esperemos que para el paladar; desde luego la pinta es impresionante).



Poco queda de aquel mercado callejero (citado por Galdós en su "Fortunata y Jacinta")que abastecía al barrio de la Justicia y que creció con el tiempo hasta ganarse un solar en condiciones allá por 1945. Un austero y poco agraciado edificio de hormigón (los tiempos que corrían no eran precisamente propicios para el costoso uso de pilares metálicos, al estilo de otros famosos mercados de la ciudad). Los años 90 no le sentaron bien, y finalmente acabaron con su esencia, hasta que el Ayuntamiento de Madrid decidió recuperarlo hace algunos años y rescatarlo del olvido y del polvo acumulado, para convertirlo, tras 5 años de obras, en un mercado moderno y alternativo, con agenda de actividades incluida.

Para terminar, una visita a la terraza (tan de moda en los últimos años en la capital), donde degustar una cocina de mercado con productos de temporada (y con la posibilidad de comprar el producto deseado de carne o pescado en el mercado y que nos lo preparen a nuestro gusto en la cocina, con variedad de salsas o guarniciones a elegir) o relajarse tomando una copa, un café a media tarde o un refresco matutino.

La principal diferencia con respecto al Mercado de San Miguel (inevitables comparaciones) es el aparcamiento de 80 plazas (algunas de ellas robotizadas) y la próxima apertura de un supermercado de El Corte Inglés en su planta sótano.




Mercado San Antón
C/Augusto Figueroa, 24 (metro Chueca)
Madrid


Horario mercado (planta baja): L-S: 10-22 h


Horario planta degustacion: L-D: 10-24 h


Horario terraza: D-J: 10-24 h y V, S y vísperas festivos: 10-1.30 h

lunes, 18 de julio de 2011

SUPERLOPEZ

No, no es un post en el que se vaya a desgranar la personalidad del simpático personaje de Jan.

Símplemente es el apelativo que me viene a la mente cuando pienso en la obra del gran Antonio López, una suerte de Leonardo da Vinci (salvando las distancias, pues con aquel se rompió el molde) del siglo XX.

Y es que ya son muchos los años que he tenido que esperar para poder disfrutar de una exposición del artista (desde la última que se celebró en Madrid, allá por 1993, a la cual no tuve el gusto de asistir).



Ahora el Museo Thyssen nos ofrece una retrospectiva que abarca algo más de un centenar de obras del autor. Y digo autor, que no pintor, porque López es más que eso, y lo demuestra con creces en las magníficas esculturas que salen de sus manos.




Una exposición que recorre toda su trayectoria, desde sus primeros años de carrera hasta los trabajos más recientes, con obras seleccionadas por él mismo.


. . . . . . . . . . . . . . . . "Membrillero"
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Me gustaba su estilo hiperrealista en los lienzos, pero desconocía la perfección de sus esculturas, tan detalladas que algunas parecen a punto de echarse a andar o de girar la cabeza y mirarte fijamente (como el Antonio de esta magnífica "Antonio y Mari"):





o la preciosa cabecita de "Carmen dormida", que estos días da la bienvenida a los visitantes en el jardín del museo:





Son las obras de un hombre concienzudo, interesado en el arte por el arte, puntilloso hasta el extremo, porque ¿quién si no él sería capaz de buscar una luz concreta que transmitir, que le obligue a trabajar sólo a determinadas horas, tan sólo unas semanas al año? Claro ejemplo que se plasma en los 7 años que tardó en finalizar la "Gran Vía" que encabeza este post y de la que hablaré más adelante, pues merece un post por sí sola.
Cuadros que, como él mismo reconoce, a veces termina pero que reflejan un "final abierto", porque podría seguir rematando el trabajo hasta el infinito. Como demuestran otras vistas de la avenida madrileña (unas líneas más abajo) que se pueden admirar en la exposición y que están inacabadas (ha estado trabajando en ellas hasta la inauguración y continuará añadiendo pinceladas tras la clausura).





Tal y como él mismo reconoce: "Yo he dejado muchas obras inacabadas; el concepto de acabar nunca lo he entendido muy bien".




. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . "Gran Vía, 1 de Agosto, 13:45"




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O como su obra escultórica más ambiciosa: "Hombre y mujer", que le ha mantenido ocupado a lo largo de 26 años, con constantes interrupciones y derivaciones.





La mayoría de las obras proceden de particulares, aunque también hay ejemplares cedidos por el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Georges Pompidou de París o el Museum of Fine Arts de Boston, entre otros.





. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . "María dormida"




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Me siguen impactando sus dibujos a lápiz, que se me antojan fotografías en sepia en lugar de acertados trazos de una mina de grafito, como éste "Estudio con 3 puertas":







o este fantástico "La casa de Antonio López Torres", en la que observamos a su tío, también pintor y desencadenante de su vocación.





Imposible no sonreir al escuchar sus palabras en éste vídeo.












Son muchas las imágenes que me han gustado, pero sin duda me quedo con ésta preciosa "María", (lápiz sobre papel adherido a tabla, 1972) y esa mirada limpia que me encandiló:



Suscribiendo sus palabras: "Aquí está toda mi vida, lo mejor y lo peor".












La exposición podrá ser admirada hasta el próximo 25 de septiembre en el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid, para trasladarse posteriorment a Bilbao.

viernes, 15 de julio de 2011

PALACIO DE COMUNICACIONES

El magnífico edificio de Correos por fin podrá ser disfrutado por los ciudadanos. Tras un arduo y prolongado trabajo de rehabilitación por fin abrió sus puertas al visitante, que ha podido acceder de forma gratuita hasta julio.
Cerrará de nuevo sus puertas durante unos meses para organizar la que será su nueva función como centro cultural.

A lo largo de estas semanas, son muchos los que han acudido a sus visitas guiadas y contemplado la breve exposición fotográfica que recorre sus 100 años de historia, recorrido el interior del edificio y valorado de cerca su valor arquitectónico o incluso han ascendido al mirador de 70 m de altura que nos ofrece unas vistas de las que hasta ahora sólo habían podido disfrutar unos cuantos privilegiados. Doy fe del lujo que supone contemplar la sierra madrileña desde la mismísima plaza de la Cibeles (quién lo hubiera dicho).

A principios del siglo XX las autoridades locales deciden crear una nueva y faraónica sede de correos y telecomunicaciones y el lugar elegido será la Plaza de Castelar (conocida hasta 1900 como Plaza de Madrid), en unos terrenos que originalmente formaban parte de los Jardines del Buen Retiro.

Se presentan a concurso numerosos proyectos y finalmente será elegida la propuesta de Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, que contempla la construcción de un edificio en estilo Renacimiento español y absolutamente funcional. Comienzan las obras el 12 de septiembre de 1907 pero no finalizarán hasta 12 años después, con la inauguración (el 23 de noviembre de 1919) del que desde entonces será conocido como la Catedral de las Comunicaciones. Posiblemente el apelativo se deba a León Trotski, de quien dicen que quedó tan impresionado ante la vista del mismo en su visita a la capital en los años 30, que lo denominó "Nuestra Señora de las Comunicaciones".


Fue, durante las primeras décadas del siglo, la casa de correos de mayor superficie entre las principales ciudades del mundo (sus 10.500 m cuadrados aventajan a los 10.000 del edificio de Chicago, el segundo más grande del mundo en la época).



El gran patio interior facilitaba el tránsito hacia los distintos servicios de telegrafía, correos y telefonía; las plantas superiores albergaban las oficinas de la dirección, la cartería y una sala de telégrafos que conectaba con la antena.





En la planta de calle podemos relajarnos leyendo la prensa del día o alguno de los libros de arte repartidos por las mesas:






viernes, 1 de julio de 2011

LA FRASE DE LA SEMANA





"En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un pesar irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable".



Diego Marchi