sábado, 4 de agosto de 2012

ESCAPADA FLORENTINA

Como ya anuncié en el post anterior, inicio mis crónicas sobre mis vacaciones en la Toscana.

Gracias infinitas al educadísimo mâitre del Grand Hotel Baglioni por sentarnos cada mañana en la mesita junto al ventanal, regalándonos estas magníficas vistas para acompañar las tostadas y el café.
No tiene precio.

Ha sido una brevísima escapada improvisada. Si bien la idea original era visitar Londres, su infumable oferta hotelera nos hizo desistir; es contraproducente leer los comentarios que los clientes escriben sobre sus estancias, aunque más aún lo es el pagar 130 €/noche por un cubículo donde apenas te puedes mover, con una moqueta llena de lamparones, acompasando los ronquidos del vecino con el quejido nocturno de las tuberías, y atendido por un personal hostil (por no mencionar las picaduras de chinches que se trajo de recuerdo alguna familia de su hotel de 4 estrellas). Así que se impuso un cambio de destino estival y G. me propuso la nada desdeñable opción de regresar a un lugar que forma parte de mi vida desde hace muchos años: mi bella Firenze.

Automáticamente afloraron miles de recuerdos y sensaciones ya olvidadas...
Pasear de nuevo por sus calles, regalarme la vista con sus maravillas, gruñir por los incordiosos turistas (tiene bemoles que lo diga una turista, pero es que allí me despojé de ese título hace tanto tiempo...), recordar lo caro que es todo en la ciudad de Dante

y soportar un calor que no da tregua.
Todo lo bueno y lo malo, de nuevo al alcance de mi mano.

Debo reconocer que fue un acierto escoger un hotel tan céntrico (ufff, la de veces que habré pasado por delante, camino de mi parada de bus), y poder evitar esos autobuses que, al menos en mis tiempos, parecían dirigidos por conductores entrenados en el Paris-Dakar. Lo que me hizo recordar los riesgos a los que a veces te empujan los amigos : )))
Puesto que se sube por las puertas posterior y anterior y se desciende por la central, mis amigas (que vinieron a visitarme en agosto) decidieron no validar el billete (a sabiendas de que en mis 4 meses anteriores nunca vi un sólo revisor),... bastaron 2 encuentros con los revisores (de los que gracias a mis dotes interpretativas salimos bien paradas y sin pagar multa, de puro milagro) para echarles la bronca y obligarles a comprarlo y validarlo.

Muchos cambios, algunos para mejor: afortunadamente se ha extendido la costumbre de proveer al visitante de un sencillo sayo para cubrirse al entrar en las iglesias. Desde que me impidieron el acceso a la Basílica de S. Francisco de Asís por ir en tirantes finos - a pesar de ir acompañados de vaqueros largos- en un sofocante día de agosto, siempre tuve la precaución de llevar conmigo una pañoleta (por suerte aquel día encontré el modo de colarme por la puerta de atrás). Aún recuerdo a los turistas norteamericanos que, tras esperar 1 hora tras de mí para entrar a la Catedral de S. Marcos en Venezia, tuvieron que dar media vuelta: ¿su pecado? unos shorts muy cortos y unos tirantes muy finos... Es un alivio saber que han solucionado el problema.

Así que sí: he bebido mucho Chianti,


he comido mucha pasta y pizza,


he hecho infinidad de fotos,

me he deslumbrado frente a los escaparates de las joyerías del Ponte Vecchio


he comprobado cómo el tranvía ha regresado a la ciudad


y me he reencontrado con un viejo amigo...


4 comentarios:

chema dijo...

anele, echaba de menos nuevos posts en tu blog. ya me había dado cuenta de que tienes una vinculación especial con italia. es un país que a mí me encantaría conocer en profundidad. tiene mucha cultura y mucha historia.
hicisteis bien en aprovechar la oportunidad de hacer esta escapada. me alegro de que lo hayáis pasado bien.

BLAS dijo...

Ayyyyy... Qué ganas me han entrado de visitarla. Es una de esas ciudades que tengo pendiente, porque adoro Italia y solo conozco Roma y Venecia.
Qué lindo y nostálgico suena revivir antiguos recuerdos, siempre que fueran buenos. Sin dudas, los tuyos lo fueron. Solo con ver la foto del reencuentro con tu viejo amigo, ya se nota!

Elphaba dijo...

Un ángulo interesante de tu amigo. Mi amiga Zelgadiss le dedicaría un post temático :P

anele dijo...

Gracias, Chema, muertos de calor pero lo hemos pasado muy bien.

Pues anótala, junto con Siena, que está muy cerquita (post próximamente) y si alguna vez vas por el sur, te recomiendo Pompeya. Increíble.

Entonces deduzco que Zelgadiss tiene MUY buen gusto, Elphaba. Sí, una vista muy interesante, sin duda ;)